El Misántropo
Cuando me di cuenta de la vida, pensé porque todo esto tiene que ser para mí, y no digo por el sufrimiento que pueda haber pasado sino más bien por las pequeñas cosas que suceden a mi alrededor. Aprendí a vivir en soledad en un mundo social, un mundo que espera que no estés solo pero que no te enseña como alejar esa soledad.
El tiempo paso y con el tiempo mi vida cayo en las reglas sociales de este mundo infame que te atrapa aunque te corras, porque realmente no hay donde correr, es como dar vueltas en un cuarto oscuro y solo cuando chocas con la pared te das cuenta que no hay escapatoria, pero que hace un hombre como yo para sobrevivir, un misántropo que no tiene otra salida, acaso rendirse ante esta abrumadora sociedad que como arenas movedizas no deja que me vaya pero tampoco te mata, manteniéndote en un eterno vilo del que jamás podré escapar.
Esta misantropía como llego a mi sin haberla pedido, es
contradictorio este mundo, pero no es algo que escogí, he intentado evadirla,
huir de ella, tratar de ser una persona como se dice “común”, con aquellos que
no se preocupan de nada, que a veces pareciera que la sociedad fue hecha para
ellas, que viven dentro y se amoldan, y hasta rediseñan esa sociedad a su gusto
y dejan a gente como yo, misántropos sin solución, que no logran saber cómo
escapar ni como sobrellevar esta sociedad llena de persona hipócritas, que
algunas veces intentan acercarse a uno solo para dejar sus problemas, como si
cuando alguien los escuchara fuera como meter esos problemas en una caja y no
saben cómo alguien como yo llega a decepcionarse más de este mundo.
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